lunes, 19 de marzo de 2007

10 comentarios:

Lara dijo...

Éramos chicos y somos grandes ahora. Bueno, parecemos.

Qué lado oscuro.

Lara dijo...

Y repito a los navegantes: ¿es que nadie se ha dado cuenta de que AHÍ ABAJITO hay un gato al sol?

Anónimo dijo...

sí, pero está casi dormido, bajo un rayo de sol. No le importamos.

Anónimo dijo...

No sé cuántas veces he visto El lado oscuro del corazón, muchas. También vi la segunda que hicieron, pero ya no era lo mismo a pesar de la trapecista y los poemas de la Pizarnik.

¡Qué gran poema y qué grande Benedetti!

(Yo no veo el gato y es la tercera vez que le doy al play.)

Rober dijo...

Efectivamente, fuimos chicos y ahora dicen en los bancos y en la seguridad social que somos grandes, porque hay un número de identificación fiscal que así lo corrobora (¿no parece mucho más oscuro ese lado que el de todos nosotros, tan lleno de conversaciones amigables, sexo con/sin amor (o viceversa) y ese plan que consistía en conquistar Zanzíbar y que nunca hemos llegado a perpetrar?)
Vivimos días de luces y sombras, eso es inevitable, y tenemos que adaptarnos y sobrevivirlos de alguna manera. Lo interesante es llevarlo a cabo sin hacernos daño; al menos, demasiado daño. ¿Cuántas incógnitas caben en un pensamiento? ¿Cómo distinguir los días para saber cuál es el que tienes que diseccionar mañana?

Compensa saber. Siempre.

(pausa para pillar aire, encender un cigarro, etc)

Está bien pensar que has llegado porque en ese momento te das cuenta que nos has ido a ninguna parte nunca. Está bien el poema de Benedetti porque a través de una condena consigue la salvación. Está bien que las cosas estén bien porque así hay un orden cósmico y todo se equilibra (aunque no nos compense, no está en nosotros nivelar los brazos, pero sí podemos opinar al respecto) y entonces las cosas cuadran y nosotros en medio (probablemente ebrios o drogados) y a ver qué hacemos.

Winsta, el gato no está en el vídeo. Está en un balcón un poco más abajo. Pero dejemos dormir al gato, caliente su pelaje por el baño de sol suave, que igual nos está soñando en esta misma actitud, un día tras otro, demostrando que le importamos.

Un beso para todos (repartíroslo)

Miguel Marqués dijo...

Yo no la he visto. ¿El que lee es Darío Grandinetti?

Anónimo dijo...

Declama Bededetti, Miguel, eso sí, hace muchos años.

Robel, no me quedo inmóvil porque prefiero quedarme contigo siempre.

Juanma Suárez dijo...

Ya ves; hace ya tanto que me da la sensación de que te has ido alejando de lo que un día transitábamos juntos, aunque tal vez sólo sea que tú continuaste andando y yo me detuve. Y de repente me da por asomarme a esta ventana y me vuelven los momentos, y los poemas, y las cervezas mendigadas en el bar del instituto, y las risas, y las confesiones... En fin, hace algún tiempo me dijiste algo que me hizo elevar los ojos de nuevo hacia donde antes mirábamos juntos. Aún sigo con la vista baja, lo sé, pero esta vez sin perder el horizonte. Las palabras me las guardo para mí, pero quiero que sepas que te las agradeceré siempre... Un abrazo muy fuerte.

Reb dijo...

Lo mismo te digo

Rober dijo...

¡Juanmita!
Si supieras la de veces que me acuerdo de aquella pareja atípica que formábamos cuando íbamos por los pasillos del instituto o en el bar escribiendo un poema a medias o en alguna lectura extraña (aquel bello verano que conservo de Pavese y que me regalaste en una feria del libro)
Amigo Juanma, tenemos que vernos.

Bueno, veo que voy a tener que medir mis palabras porque luego recordais cosas que a mí se me escapan y esto es un lío.

Rebeca, las palabras concretas en el momento exacto. Creo que tú y yo necesitamos una charlita con copa y puro. ¿Qué me dices? quedamos un día de estos en la montaña o la ciudad, donde más te guste.

carmencita, carmencita en el mediterraneo o en el atlántico nos encontraremos.

Don Miguel Marqués, traeme pigmento azul de fez para encalar mis paredes.

Y a Nán y a Lara todo mi cariño.

Y creo que ya he pegao tó el repaso (no os acostumbreis)