martes, 13 de marzo de 2007

La ciudad.

Rafael de Paula, Curro Romero,

Antonio Vaamonde,

un cuenco de chochitos amarillos

con la humedad justa, gallos de pelea,

suenan unos reincidentes de Jerez.


Metidos en una tinaja de cristal

esperamos las croquetas de la abuela

escribiendo al alimón.

Imagen nostálgica del

embotellado de Bodegas

Hidalgo donde se aprecian

a los trabajadores

en plena labor:

el esmero, la delicadeza

y la buena labor artesanal

distinguían a hombres

de la bodega por aquellos

pasados y recordados años.

Cigarritos de liá, vino dulce,

aceitunas, conversación inteletuá.

Antes y después de fumar,

de fumarnos la sociedad sin filtro.


Palmas sordas. La calle ancha.

Hoy toca ir cerraos por las esquinas.

Perdón, quería decir abiertos.

El reloj va a marcar

eternamente las doce

menos veinticinco. Ojo,

una buena hora ya sea

en el día o en la noche,

un día por otro y

la casa sin barrer.

Necesitamos la batería

del teléfono para

hacer negocios.

Pero las niñas lo llaman a él,

siempre inoportunas las niñas.

Eso es como el que tiene

una casa en Alcalá, dice.

Sólo habla con refranes.

Hace alusiones manidas.

Esta sevilla nuestra,

(tan lejana, apunto yo).

Dice cosas así.

No tiene ganas de hablar, deduzco.

Se la quita rápido de en medio.

Vínculos emocionales.

Hacer balance de los huesos

y colillas.

Revisar las existencias

por si faltara algo

(alcohol o drogas).

Encender otro cigarrillo.

Piérdete conmigo.


Amigo.


Que sí, revisas los balances

y sí, haces balances y la balanza

indómita nunca se equilibra,

aunque ahí vamos

pimpom

y no llegamos.


Pasar las páginas.

escribir grande para ocupar

mucho espacio.

¿Cuándo me vas a dar una

vuelta en el coche?

Viéndola de cerca.

Incapacidad social. Velada literaria.

Cuestión cultural.

Pie en pared.

El camarero elige

el vino, el nuestro,

es blanco, pero no es dulce,

no es fruta,

es vino, así que

entra hacia

dentro

fresco.

Él dice que quiere descubrir bares, yo

que quiero rehabilitarlos.

Habrá lugares para el oasis.

Recuento de aceitunas

y otra vez el vino blanco

en la saliva.

Cuestión de sintaxis

y fluidez. Un tachón en un poema impoluto.

Un cuaderno siempre en blanco.

Se recuesta, sacude las migas

y mira por la ventana.

Desorden de ciudades

y ahora la misma calle,

el sol, atreviéndose,

inundando los altos azules

de Madrid.


Planes para las horas térmicas.

Antedía. Mediodía.

Luegodía. Requiemdía.

Agua. Al menos un vaso.

La boca algo pastosa por el

alcohol lo agradece.

Dame algo, dame algo.

Pero dámelo ¡ya!

No tengo ná todavía.

Ahí detrás, una pareja

joven joven de juventud aburrida

acaba de sentarse.

Hablan con cara

de preocupación

y hastío. Ella lleva perlas blancas

en las orejas, pegaditas.

Entrelazan sus manos

de uñas comidas.

Piden agua Solán de Cabra

y cocacola,

llegará la siesta y la lujuria

y se entregarán a un

abrazo enhiesto

y consciente

de los límites del cuerpo.

Grandiosa corrida de toros.

Contraventanas de madera,

jarras de barro, tinaja de cristal,

si todo fuera tan fácil,

chupar los dedos de los extraños,

llamar a patapalo y la sonrisa

de oreja a oreja.

A los poetas del delito

cruzando la Gran Vía

a paso rápido para ser

la hora de la siesta,

el cuarto de baño del café

Madrid recuerda a los demonios.

En el trampolín no,

en el trapecio. Mi disléxica favorita

(más baileys, menos café),

te echamos de menos, nunca de más.

Café Madrid, velas blancas

camarera escotada

la primavera que revienta

y nosotros en medio.

Segundo café del día,

de Lavapiés al borde de Chueca.

no dirán que no hacemos ejercicio,

porque no hemos cogido ni un metro.

Parece mentira.

Los puntos de luz empiezan a ponernos

los ojos del revés

trapecistas canijos.

"Voy a ir al baño."

(primer intento de ficción)

No estoy asegurado

para incendios cardiovasculares.

En esa mesa

parece que hay gente.

Cuatro aristocráticos

arruinados que se miran

con arrepentimiento y desazón.

La única mujer

pellizca los genitales

del que está a su derecha.

Nadie se mueve.

La vela, llama enhiesta

no se inmuta.


Investigar los posos del café

como si supiéramos leerlos.

Sigue fumando. Podemos esperar.

Segundo intento. Voy al baño.

Él empieza a tener sueño.

Muchas horas fuera de casa

(cinco).

Si tuviéramos piruletas...

Yo he dormido alrededor

de diez horas y empiezo

a estar nerviosa.

Hora difícil.

Si tuviéramos piruletas.

Los dientes largos

como patas de caballos

(horses, horses, horses).

Nunca dos lámparas iguales

distintas luces

la misma barra.

¡Qué susto, qué susto,

quince centímetros de blancura!

Si tuviéramos piruletas

la diversión implícita y pasajera.

Participar de la nada.

Contar las monedas

sacarle brillo a los bolsillos

y chupitos a la camarera.

Retruéncanos.

¡Uy! olvidé la corbata.

¿Dónde anda el paralelo?

¿Dónde arde?

Bereberes, pistoleros,

al cabo de la gata,

aislamiento,

entre cala y cala, calada.

Veis, otra niña al teléfono.

Ésta lo insulta.

Yo le ruego que lo perdone.

A él hay que perdonarlo

de antemano.

Él se siente mal,

pero se le pasa rápido.

Ay, el pasado,

qué difícil es de lidiar.

Baja la cabeza,

agacha las orejas

y olvida.



Jueves, 1 de marzo de 2007



Lara y Roberto.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Me dais permiso Lara y tú para utilizar algún fragmento en mi artículo de esta semana?
Con eso lo he dicho todo, no?

Lara dijo...

Robel.

Rober dijo...

Pues claro, ¡aquí hay copyleft!
Usa lo que quieras (si a Lara le parece bien)
¿Larín?

Anónimo dijo...

Jeje.
Lara ya me dijo que sí.
Gracias, Robel.Te toca seguir en lo de Paralelo 49

Paralelo 49 dijo...

Te toca Rob.

que yo me quedo con el de yerbabuena mientras lo leo 7 veces más y me miro en los escaparates y me tropiezo con dos que vienen calle abajo y - perdón lo siento,- no pasa na y vaya usté con Dios que yo me quedo con estos dos.

NáN dijo...

Vais atrasadas en lo movimientos. Robel ya movió.

Anónimo dijo...

Movió, movió,pero vuelve a tocarle. Entro a trabajar muy temprano, Robel... Jeje

Rober dijo...

Como una partida de ajedrez. ¡Hace mucho tiempo que no juego al ajedrez!

De todas formas, ya he movido...

Paralelo 49 dijo...

y que bien has movido.

y cómo!

Paralelo 49 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rober dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rober dijo...

No me supriman los comentarios, chicas y chicos; Piénsenlo dos veces antes de publicar y no los borren, ¡que me retuerce la curiosidad!

Como se dice en el ajedrez : ficha en la mesa, pesa.

(Por cierto, esta última entrada la he borrado yo porque se me había escapado un cómo con acento donde no debía y, total, de qué sirve poner reglas si uno no puede saltárselas bla, bla, bla...)

Paralelo 49 dijo...

Siempre puedes puedes borrarlos del todo y hacer como que no ha pasado nadie, ni nada!

Yo soy más partidaria de escribir sin pensar o si no la mayoría de las veces me arrepentiría! pero me lanzo! le doy al botoncito naranja!

Rober dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lara dijo...

Comentarios borrados o no, Robel, el caso es que hemos conseguido la misma puntuación con el mismo texto en comentarios (je-ja-ju). Bueno ahora ya no porque estoy yo aquí desmarcando en lo tuyo.
Ji.
Me voy a la santa calle a hacer papeles (no como cuando los hago contigo, ay, ojalá).
Nos vemos lueguito para el asado.

Anónimo dijo...

por levantar la cabeza
y mover las orejas
(las dos al tiempo o de una en una)
no olvida el gilipollas
no descansa ni un rato
(pero con esto a 16 os empato).

Paralelo 49 dijo...

Me gustan los impares.
Besos.

Paralelo 49 dijo...

Y así.

Tranquilos! que aquí lo dejo. :)

Lara dijo...

No es por desempatar, pero ¿nadie se ha dado cuenta de que hay un gato en esta página?