domingo, 23 de septiembre de 2007

a veces

y otras no

según convenga
sacar de contexto
la palabra adecuada
el gesto concreto

háblame
te echo de menos




15 comentarios:

Lara dijo...

oh


.

Rober dijo...

ah




.

Anónimo dijo...

saber cuándo forma parte de la relación.
No hay excusa que valga (que no valgan, muchas).

Anónimo dijo...

con una coma después de "cuándo", se entiende mejor.

Rober dijo...

A ti se te entiende siempre y da gusto, la verdad, oírte (de alguna manera) escribir con o sin comas, amigo Nán.

Es cierto, no vale ninguna excusa si hay que hablar o simplemente permanecer callados sabiendo de la ausencia de ausencias (lo que sea que signifique esto)

Está bien echar de menos porque eso significa que te importan las personas. Claro, que también está bien protegerse un poco a uno mismo no llevando esto al extremo...

...

¿de qué hablábamos?

Anónimo dijo...

de tu regreso a la actividad...

¿no?

de que yo me resguardo en todas las conchas de galápago que me he echado encima y a veces saco una cabeza calva con un ojo lacrimoso (es mi principal atractivo), mientras tú estás en el tiempo de no hacer lo que convenga. Y que eso no obsta, empequeñece ni distancia.
O sea, creo que hablábamos de tu grito final. (pero no me hagas mucho caso).

Rober dijo...

A todos nos gusta aferrarnos a un caparazón (hay formas y colores para todos los gustos) bajo el cual vas acumulando todo tipo de trastos viejos (los ventiladores cuando va llegando el otoño, cajas con cartas y fotografías, algunos gritos, conversaciones pasadas)

Los propósitos (los de enmienda y los de actividad continuada) son más volátiles, fáciles de transportar en una maleta. Solamente hay que poner mucho cuidado en no dejarla en cualquier sitio, no vaya a ser que se olvide.

Por lo demás, ni siquiera sé decirte qué conviene porque eso es un campo abonado de subjetividad y no me apetece llevarte la contraria a estas alturas.

Un abrazo, amigo Nán

Anónimo dijo...

Yo no quiero echar de menos nuestras conversaciones mañaneras, yo al teclado de mi ordenador plagado de contabilidad y transtornos laborales; tú, corriendo a por el pan y por cigarros para...

Es una forma, como otra cualquiera de decirte: no te vayas que aquí, en el hueco de mis manos tienes tu casa si quieres.

Rober dijo...

Vivir en el hueco de las palmas de una mano es reconfortante. Gracias Carmen. Ni siquiera acabo de llegar, así que, de momento, ni intención de alejarme. Bueno, a veces de mí mismo, pero hacía dentro, que es más difícil que simplemente echar andar...(ya estoy otra vez con las metafísicas de andar por casa... si es que no lo puedo evitar)

Reb dijo...

La metafísica de andar por casa es la que más merece la pena. Las otras se quedan impresas y es muy difícil sacarlas del cajón de las letras. Acercarse a tu punto de vista siempre es un descanso, (un rayo de sol en el invierno).

Rober dijo...

¡huy! si es una rebequita con un ojo de cada color.

¿Dónde te metes, zagala?

Me alegra oírteleerte.

mariona dijo...

¿Dónde te metes tu?
Háblame, te echo de menos.
(tanta tele, tanta tele.... ayy...)

Miguel Marqués dijo...

eeeeehh








..

¡Ese relativista bueno!

Anónimo dijo...

Cierto, ayer te echamos de menos.

Rober dijo...

Amigo Nán, me tienes el seso sorbido con el tema del fondo negro. Habrá que cambiarlo, digo yo.
Un abrazo.
Y otro para Miguel.
Y otro más para Mariona
(¿Has visto a María Peszek?) (dedicado)