sábado, 10 de mayo de 2008



8 comentarios:

Rober dijo...

Ya tengo en mis manos “aquí y ahora” (preciosa edición) y se cruzan correos electrónicos recordando que se acercan presentaciones. Lara y David me tantean por teléfono y no tardan en arrepentirse. Le digo que lo pienso, que quién sabe dónde estaré yo el cinco de junio (como si la vida por sí no fuera lo suficientemente complicada) que no tengo el cuerpo para actos formales y que evito mi especie por el propio bien del grupo.
Luego he meditado y he releído algunos poemas y he llegado a una conclusión: solamente iría si me lo pidiera Miriam Reyes.

Os dejo con un poema suyo:

No tengo casa a la que volver

ni esperanza de la que colgarme
por eso camino.
Las casas se derrumban a mi paso
la tierra es una alfombra de escombros.
Me detengo a admirar la belleza de las palas mecánicas
los movimientos de las excavadoras me erizan de deseo.
De noche las contemplo:
los perfiles inmóviles de las palas
descansando sobre el cielo azul cobalto
al lado de la luna de luz nacarada
son aún más hermosos que los brazos de los hombres que las manipulan
y las excavadoras
con sus enormes bocas abiertas y llenas todavía
de tierra y escombros
parecen enormes animales muertos.
Mis padres me enseñaron a no tener nunca nada.
Ellos me enseñaron a no volver nunca a casa
a no decir nunca esta casa es mía
aquí me quedo yo
en este lugar que amo.
Cierro la puerta y no necesito mirar atrás para saber
que la casa ya no existe más.
En ninguna parte sin hablar con nadie estoy
pero si nos cruzamos
puedo enseñarte a caminar sonriente sobre la desolación.

De su libro “Espejo negro”.

Lara dijo...

Y si le vieras la cara, entonces ya no dudarías en ir. Pero para eso, tendrías que haber estado en Barcelona aquel 26 de abril.

No te preocupes, que yo no volveré a pedírtelo.

Un buen poema ese de ahí arriba.

Beso.

Rober dijo...

Amiga Lara, si tú no me pides las cosas una y otra vez ¿quién iba a hacerlo? ¿A quién enfadaría yo cuando nos enfadamos y hay que colgar los teléfonos para que no suene nada feo?

David es otro mundo, ya sabemos, no hay que tomarlo demasiado en serio.

Pero tú no dejes de repetirme las cosas y no dejes de arrepentirte luego de habérmelas pedido una vez más.

Muchos besos y mucha hierbabuena.

Rober dijo...

Vale. Me rindo. En vista de la encrucijada en la que me he metido yo solito, declaro:

Dejad de llamarme por teléfono para recordarme que soy un gilipollas. Es cierto. No me peguéis la chapa llamándome desagradecido. Vosotros sabéis de sobra que adoro a Lara y David, la edición del libro es maravillosa y la compilación de autores soberbia.
Por cierto, se ha abierto un blog (www.aquiyahora.blogspot.com) donde está toda la información sobre el libro y sus presentaciones.

Así que no me cabe la menor duda que el día cinco de junio me tomaré con mis amigos y familiares una copita en el monasterio de San Clemente para festejar felicitar todo el trabajo que supone sacar adelante un proyecto tan hermoso y difícil como este.

He dicho.

REIDI dijo...

Que cerdo, yo dándote la brasa y resulta que ya tenías tomada la decisión. Que te gusta hacerte derrogar.

carmen moreno dijo...

¿Sólo si te lo pidiera Miriam? Snif, snif. No, no te preocupes, se me pasará. Si apenas me ha destrozado el corazón...

Lara dijo...

Y la encrucijada era real, porque todo lo que invocaste se te cayó encima.
Y yo que me alegro, porque te veo con una flor en la nariz.
Cuéntalo, cuéntalo.
Un abrazo que también te adora inintermitentemente.

David J. Calzado dijo...

Si tuvieras honorabilidad (ya sé, ya sé, que te perdonamos que no la tengas) contarías todo lo sucedido. Va siendo hora de que desveles todo, el motivo de ese cambio repentino. Te toca venir a Sevilla porque... aquí y ahora estaremos los de siempre. Con qué elegancia te echo el capote. Confirma la asistencia Paquito Cifuentes (lo digo por si conoces a alguna groupi a quien encasquetárselo). Gracias por no tomarme en serio. Salud.