sábado, 9 de agosto de 2008

una ciudad llamada Madrugada


se precisa un cambio de compás

debo ungir sal en las palmas

que se imponga el ritmo del mar


unos quieren la tempestad

yo entre tanto voy buscando calma


2 comentarios:

NáN dijo...

Corto y denso. Como un disparo de fogueo que muestra el mensaje un instante en la llamarada.

Gran título.

Rober dijo...

Muchas gracias como siempre, amigo Nán. Llevo dándole vueltas a estos versos desde hace mucho tiempo. Antes, con otra forma, eran parte de un poema de verso libre, pero al final se han independizado. Creo que a mí también me gusta más así; corto, asonante y medido.
Un abrazo compañero.