Qué importa del después. A la orilla del río Majaceite, frente a un gintónic, rumiamos ayer juntos la eterna y vieja juventud. Un beso sin ironía.
Desandar una y otra vez lo andado(la tristeza duele pero no aburre)como sin prisa ir arriba y abajo,puto tú, pasillo de incertidumbres.No hay dedos índices que te señalen,ni murmullos, ni palabras, ni nada,no hay abrazos ni besos que te ataquen;donde todo hubo no existen ni ganas.Ahora queda andar sin pensamiento,andar lo desandado arriba y abajoy tengo todo el tiempo para ello.Que la tristeza haga su trabajoque funcionen la ansiedad y el anheloarriba y abajo, andar sin descanso.
Suscribo al 100%.
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3 comentarios:
Qué importa del después. A la orilla del río Majaceite, frente a un gintónic, rumiamos ayer juntos la eterna y vieja juventud. Un beso sin ironía.
Desandar una y otra vez lo andado
(la tristeza duele pero no aburre)
como sin prisa ir arriba y abajo,
puto tú, pasillo de incertidumbres.
No hay dedos índices que te señalen,
ni murmullos, ni palabras, ni nada,
no hay abrazos ni besos que te ataquen;
donde todo hubo no existen ni ganas.
Ahora queda andar sin pensamiento,
andar lo desandado arriba y abajo
y tengo todo el tiempo para ello.
Que la tristeza haga su trabajo
que funcionen la ansiedad y el anhelo
arriba y abajo, andar sin descanso.
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