lunes, 1 de agosto de 2011



Hoy paso el tiempo plantando cactus

en un viejo acuario

mucho tiempo arrumbado.

Otro viejo proyecto.


Hay días que el tiempo es laxo.


Son los días

en los que más me acuerdo

de los que no están,

como si hiciera

un tiempo especial para ello.


De repente,

observo una cuchara y digo Lorna

o veo una corbata azul colgada

y digo padre.


Uno necesita también de estos días

y se permite el lujo de imaginar un teléfono

desde el que poder llamar a las ausencias

y empezar la conversación

como si nada hubiera pasado.


Pero que va,

pueden sonar los tonos

todo el tiempo que quieras:

nadie va a contestar del otro lado.


Esto, a veces, también nos pasa a los vivos.

Nada que reprochar al respecto.


Puedo dar la sensación

de que la tristeza reaparece.



Pero no,

es simplemente un relato tranquilo;

recuerdos sin sombras de malos augurios,

sin el fondo agitado de unos meses atrás.

Solo son pensamientos que hoy comparto

y habrá días en los que vuelva a hacerlo.

Me pasará una y otra vez.


Y va a ser así

y ojalá consiga

que una vez muerto

alguien me recuerde

y lo haga desde la serenidad


y reviva ciertos momentos

cuando, por ejemplo,

la vida le suene a un verso

o a algo igual de vano,

quizás un reflejo

una frase hecha

un instante

prendido a jirones

en las espinas de un cactus.





5 comentarios:

David J. Calzado dijo...

Qué templanza, amigo.

Marinus. dijo...

Me gusta este lugar. Merodearé a menudo si se me permite.

Rober dijo...

Un saludo, amigo David. ¿Todo bien por el sur?

Claro Marinus, tú merodea todo lo que quieras. No siempre lo llevo muy al día, pero aquí está.

Anónimo dijo...

Siempre me conmovieron tus palabras. Siempre me revolvieron el espiritu y el ánimo. Ya no te vuelves a escapar.

Rober dijo...

Como veo que ya nos conocemos (aunque yo no llegue a distinguir tus rasgos distintivos) te diré, amigo anónimo, que no, que ya no me escapo a ninguna parte. Si acaso alguna huida momentánea, de esas que tan bien sientan de vez en cuando...

Gracias por venir a conmoverte conmigo.