martes, 19 de junio de 2007

Rebequeando

Apunte muy personal.




No hay que perder la fe en el caos; aún cuando estés rodeado por el emigo (y no es una errata); todos haciendo tiempo mientras que observan y esperan recibir de ti algo que no tienes. Aún así, no puedes perder la fe en el caos. Al fin y al cabo no es más que la lectura de unos versos acompañando a las tres voces con más credibilidad del local. No hay que perder la fe y menos si bien vale un reencuentro, estar cerca de las sombras resplandecientes de esa Malasaña profunda que sirve de enlace con aquellas Vistillas mágicas y aún más atrás…







Rebeca Espléndida. Lara Alarada. Nán. Manuela.

Disueltas las palabras y los rostros (todos agradecidos porque fueron breves) con abundante ginebra y tónica, me queda el recuerdo de los cuadros que sugieren las frases subrayadas, los modelos de explicación con infinitos decimales, el estallido de luz, las dos erres importantes (Rebeca Rumeur) si obviamos el reciclaje, los números que no son ni uno ni dos…

Permanece todo como un poso, como un regustillo agradable.