sábado, 24 de julio de 2010

Agosto


En Madrid hace calor pero no demasiado. En Siberia el frío te deja cortado. En Moscú arden. En Cádiz la temperatura debe resultar más atractiva si viene con pareo y bikini o con pantalón corto y calzado de montaña. Parece ser que agosto avanza y yo me niego a dar informes del frente, aparte de ciertas cuestiones livianas sobre el tiempo (en el sentido más cíclico que a la palabra tiempo pueda se le pueda dar). Obvio las palabras de los que se hacen los cuerdos y todo aquello que venga impuesto por el pensamiento tibiamente único. Lo que hace no tener tele. Recupero parcelas de esta ciudad que hace tiempo pensé que no volverían a mi vida (en el cíclico sentido)

y resulta que hay magia también en agosto.

Estos días he escrito algunos poemas (o uno muy largo, ya no lo tengo claro y la verdad es que tampoco me importa) que básicamente intentan contar una historia cualquiera. La narración (digamos más o menos extensa) en verso de acontecimientos cotidianos es algo que, dicho así, impone bastante respeto. O todo lo contrario.

Sea lo que vaya a ser, empezaría así:


Me siento abajo en mi plaza

Busco sombra y un café

el perroflauta con rastas

sigue con su vals vienés


Cigarritos de liar

De esos con boquilla fina


Me pregunto dónde irá

Cuando de noche se anima

Las manos en los bolsillos

Un perro negro le sigue

Los pantalones caídos

Cuando pasea y no pide

(...)



Sí.

Y luego sigue en un columpio temporal que abarca una mañana y que pasa por distintos barrios:


(...)

aquí están todos los colores

en cada fachada vestido

las cajas de fruta las flores

los multiprecios de los chinos

en este asia con sus olores

en este áfrica y sus sonidos

buscas un rostro que conoces

en Lavapiés busco un amigo

llego a nuestra esquina acordada

hago y enciendo otro cigarrillo

cuento el dinero con desgana

hay un juego de manos fijo

en sus palmas él lleva incienso

oro en papel llevo en las mías

apretón de manos sincero


hecho el cambio de mercancía


Y ya los últimos versos que hasta el momento he perfilado hablan de esto:



ginebras triples cañas dobles

limón hielo mucho tabaco

la mala y la buena vida

conversaciones con extraños



Seguiré avanzando con mis entretenimientos veraniegos y hasta es posible que alguna vez los mencione de nuevo. Bueno, en realidad probablemente no va a suceder, todos lo sabemos, pero como últimamente me he vuelto más educado he decidido intentar no ser tan rotundo en mis afirmaciones. Y mira que lo intento.

De todas formas hay reencuentros que parece que no se volverán a producir NUNCA y personas que están SIEMPRE y la vida según el telediario se reduce a ODIO a fútbol a toros y a unas señoritas en bikini que salen tomando el sol en Benidorm. Piensas al respecto de cosas, como que no te apetece enamorarte JAMÁS, que no te queda NADA de empatía con ciertas causas y que básicamente tu nivel de implicación con la vida es igual a CERO. Pero todo eso cuando te lo dices a ti mismo a media voz, como si hablaras con el gato, se queda en una gran MENTIRA.

Y lo puedo demostrar cuando quiera.

Ahora, por ejemplo.

Este corto me ha emocionado y creo que merece toda la repercusión que podamos darle:










Y esto es lo que he dado de mí en el día de hoy.

Hasta más ver.



2 comentarios:

Lara dijo...

tarde pero pronto

Rober dijo...

tú siempre a tiempo