conversaciones en julio
Julio es el principio de un largo bostezo. Un cul de sac. Calor con viento.
Lío y relío. Pensamientos al aire. Al azar pillo una conversación. Digo: No menospreciemos la ira. Y creo que tengo razón. Lo importante, concluyo, es saber canalizarla.
Y así me va.
Por lo demás parece que las cosas y sus distancias siguen manteniendo un cierto equilibrio. Pero me ha vuelto el bruxismo y cada vez me impaciento un poco más. Supongo que esto habrá que canalizarlo también.
Volvamos a la ira. Ahora discuten acaloradamente y yo prefiero no entrometerme. Cuestión de baremos. Alguien opina que hay que involucrarse. Pero yo pienso que ellos prefieren no conocer a mi otro yo, el involucrado. Los miro un poco despectivamente y me marcho cerveza en mano a la puerta del local.
Esta noche hace calor, pero no tanta. El grupo que fuma de una manera compulsiva en la calle hace un hueco rápido y media un silencio que una aprovecha para mirarse los pies y otro para mirar a la nada, uno más que gira la cabeza y una última que me mira a mí fijamente. Dice: No deberías sacar el vaso. Yo respondo con calma: No menospreciemos la desobediencia.
2 comentarios:
no me gusta tu bruxismo
pero me encanta tu desobediencia
estoy con Lara!
Publicar un comentario