miércoles, 13 de julio de 2011

conversaciones en julio


Julio es el principio de un largo bostezo. Un cul de sac. Calor con viento.

Lío y relío. Pensamientos al aire. Al azar pillo una conversación. Digo: No menospreciemos la ira. Y creo que tengo razón. Lo importante, concluyo, es saber canalizarla.

Y así me va.

Por lo demás parece que las cosas y sus distancias siguen manteniendo un cierto equilibrio. Pero me ha vuelto el bruxismo y cada vez me impaciento un poco más. Supongo que esto habrá que canalizarlo también.

Volvamos a la ira. Ahora discuten acaloradamente y yo prefiero no entrometerme. Cuestión de baremos. Alguien opina que hay que involucrarse. Pero yo pienso que ellos prefieren no conocer a mi otro yo, el involucrado. Los miro un poco despectivamente y me marcho cerveza en mano a la puerta del local.

Esta noche hace calor, pero no tanta. El grupo que fuma de una manera compulsiva en la calle hace un hueco rápido y media un silencio que una aprovecha para mirarse los pies y otro para mirar a la nada, uno más que gira la cabeza y una última que me mira a mí fijamente. Dice: No deberías sacar el vaso. Yo respondo con calma: No menospreciemos la desobediencia.


2 comentarios:

Lara dijo...

no me gusta tu bruxismo

pero me encanta tu desobediencia

N.M. dijo...

estoy con Lara!