miércoles, 27 de junio de 2007

DEL CAOS A LA ARMONÍA (o viceversa)






a cuántos kilómetros

queda el deseo

si la distancia es nula

cuando el ello me asalta

y se adueña de mis palabras

me dota de esa capacidad

para decir lo indebido en el momento inadecuado

y ese estar demasiado exhausto

con el principio del caos

como para acertar en las explicaciones



darse cuenta de todo lo que pierdes

si quieres ganar a toda costa

un escalofrío que te recorra la médula

desde el extremo de los genitales



bajar el rostro

comprender las situaciones

y arrojar distancia

entre ese yo

y este que habla

el presente de hoy

en el que piensas y reaccionas



pero es demasiado tarde

no será lo mismo

todo ha cambiado


tanto que no reconoces

ni el propio rostro

ni mi caligrafía

ni siquiera las fotos

las opiniones

el sabor de este cigarrillo


no nos equivoquemos


no quiero desertarme

ni proyectar ninguna culpa

(no la hay)


quiero conciliar todas las fuerzas

dirigirlas en una dirección

que no se interfieran las señales


o como diría mi querida L

¿de qué hablamos?

¿sexo, drogas, trabajo,

ciudades…?


de todo un poco

gracias a que nunca supe

mantener las distancias

ni calcular ni medir

(ya ni siquiera me interesa

ritmar o rimar)


siento profundamente

la pérdida de interés

que hayas podido sentir

al leer mis palabras

al intuirme como soy en realidad

si me desnudo

(prometo no tocarme)


yo tampoco me entiendo ciertas cosas


pero son


sin más



como ir del caos a la armonía





6 comentarios:

Lara dijo...

Llevaba tanto tiempo queriendo dejarte algo aquí escrito, aplastado, emborronado, zurcido, amoratado, suelto, pendiente, acrobático, cosquilleante, puercoespín, espeluznante, piropo o pecado.

Llevaba tanto tiempo, que me siento enormemente feliz de que hayas meditado mis ruegos telefónicos para permitirme aplastarte, emborronarte, zurcirte, amoratarte, soltarte, penderte, acrobatarte, cosquillearte, puercoespinarte, espeluznarte, piropearte o pecarte.

Bienvenido al maravilloso mundo de la contabilidad estratégica no estadística.

Sólo tienes que escribir poemas como ÉSE y yo apareceré con la chistera llena de alucinógenos.

Paralelo 49 dijo...

No aprendas a mantener la distancia
ni a calcular ni medir
aprende en todo caso a infringirla, deshacerla
descomponerla
y los pasos polvorientos
los ademanes de gato
y en todo caso el azul átono
o el sigilo pulcro del desierto
la cadencía del mar
como un cuerpo que respira
al mismísimo borde de tu boca.

Entre el caos y la armonía
hay una simetría
una música callada que
nos regalas desde el agua
que convocas entre tus horas
para que no sean ceniza
Háblanos tú, de mundo intangible.
Y no aprendas el ritmo
improvisa el roce. Si te desnudas.

Lara dijo...

Joder. Está el nivel alto, por esta casa.

Miguel Marqués dijo...

Un blog mudo es como una tapia sin grafitos, ¡qué bien que estés de vuelta con las brochas y los carteles de la feria!

¡Y perdonen las ausencias!

Abrazote, Tuccio.

Anónimo dijo...

¡Anda Patxi, que han vuelto a abrir!
Mucho mejor, más tranquilos así, al poder dejar lo que queremos.

Así, sí hablamos. De nosotros mismos claro: o sea, más o menos de lo que ha ido pasando de los griegos para acá y ha ido llegando hasta nosotros.

caos-armonía: la última sílaba de la primera palabra y la primera sílaba de la última palabra forman otra palabra hermosa: osar.

De atreverse, claro, no de osos. ¿O también?

Me alegro de la reapertura.

Rober dijo...

"Aunque sean flores que tú no pensabas tener, ya forman parte de tu jardín".

O peor que en el viejo cuento sufí, porque uno parece estar demasiado ocupado cultivando con esmero el cemento de alguna acera. Pero entonces apareceis mis hierbas segetales, mis amapolas al borde de las macetas descuidadas y recuerdo que en algún sitio guardé una regadera y algo de mantillo…

Gracias Larita por ser mi amiga (y por esparcir tanta semilla alucinógena, porqué no decirlo) Estoy de acuerdo contigo, Miguel (en mi barrio de sevilla hay un grafiti que dice "las paredes son el periódico del pueblo")
Amigo Nán, hablemos con un gintónico en la mano, en la barra de La Manuela.
Para la habitante del paralelo 49 todo un jardín en la terraza de un hotelito de montaña.